En
el periodo entre las dos guerras mundiales y continuando hasta
la década de los 60's floreció en México
un movimiento artístico
muralista que impactó al mundo. El movimiento
era dominado por tres pintores mexicanos: Diego
Rivera, José
Clemente Orozco y David
Alfaro Siqueiros. Cada uno tuvo una técnica
y personalidad distinta, pero compartieron aspiraciones comunes.Los
tres muralistas trabajaron durante el tiempo en el que México
se vió liberado del sofocante régimen de Porfirio
Díaz en 1911, y es en este periodo donde se encontró
un nuevo espíritu nacionalista bajo la Constitución
de 1917. Los tres artistas recibieron comisiones del presidente
Alvaro Obregón y del secretario de educación
José Vasconcelos, para decorar edificios públicos
con temas que glorificaran la revolución y la historia
precolonial de México. El mensaje artístico-político
principal, era que los murales a pintar pudieran ser "leídos"
fácilmente por el ciudadano mexicano promedio. Los
tres artistas participaron en las primeras comisiones, para
la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México,
durante1922. El resultado tuvo mucho éxito, y pronto
le siguieron otros.
Un nuevo movimiento
artístico se había creado.
Varias
influencias importantes ayudaron a formar el trabajo de Rivera,
Orozco y Siqueiros. El Dr. Atl (Gerardo Murillo 1875-1964)
tomó la iniciativa de rechazar las convenciones europeas
que habían estrangulado el arte mexicano, y apreciando
por completo el arte precolombino, impulsó un retorno a los
temas y tratamientos nativos de México. De hecho, un enfoque
populista se había tomado en los estampados innovadores
y audaces de José Guadalupe Posadas (1852-1913) el
cual es representado por Rivera en Sueño de una
tarde dominical. Los artistas también trataron
el tema del hombre común: los murales pintados sobre
pulquerías, retablos, etc... Aunque la influencia europea
trató de menospreciarlos, fue imposible ignorar las
decoraciones elaboradas por los grupos en las iglesias coloniales
españolas (el trabajo de los artistas, sin embargo,
tiende a ser anticlerical.)
Aunque
ellos hicieron referencias a el arte primitivo, los muralistas
no fueron de ninguna manera ordinarios o nativos. De hecho,
pocos fueron capaces de evitar la influencia de los movimientos
europeos contemporáneos o la iconografía tradicional
que el artista usa para sus propios propósitos. No
es ningún accidente que el campesino brutalizado en
La Trinchera aparece en la posición que tradicionalmente
se usa para representar a Cristo durante la elevación
de la Cruz, o que la composición de Germinación,
Revolución: El entierro es tomada de una Lamentación
por Giotto.
Los murales, diseñados para llenar espacios sumamente
grandes, son demasiado complejos para ser satisfactoriamente
reproducidos en su totalidad en un formato menor. Esta página,
basada en las reproducciones tamaño postal que se realizaron
por Dover Publications, Inc., presenta los detalles sobresalientes
de estos vívidos trabajos. Las fechas reflejan el periodo
en que los artistas trabajaron sobre un proyecto y no son
necesariamente las correspondientes al detalle mostrado.
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